Aqualia sabía dónde se metía

Hace sólo unos días que, después de tres largos años, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla La Mancha dictó Sentencia por la que se declara nulo el contrato por el que el Ayuntamiento de Alcázar adjudicó la Empresa de Aguas de Alcázar a un socio privado: AQUALIA (FCC).

Aqualia es una Empresa con una enorme experiencia y con una maquinaria técnica, jurídica y estratégica a la altura de las mejores del Mundo, por eso mismo resulta sorprendente, casi increíble su reacción ante la citada sentencia.

Aqualia sabía dónde se metía. Quizás sólo por eso estuvo sola en licitación pública y no por la falta de atractivo económico, como argumenta.

Aqualia sabía que contaba con un rechazo social enorme y con una movilización ciudadana contraria a esa operación como nunca hubo en la localidad por ninguna otra causa.

Aqualia sabía que sólo contaba con una mayoría política precaria y “contra natura”: el exsecretario general del PSOE movido por rencores personales contra sus anteriores compañeros, unido al Partido Popular que, en municipales, nunca ha superado al partido mayoritario, el PSOE que incluso en el momento en que se producía la venta era claramente mayoritario.

Aqualia sabía que esa mayoría política contra natura estaba utilizando la venta de Aguas para “criminalizar” a los anteriores responsables políticos y técnicos del Ayuntamiento. El mejor equipo que ha tenido este Ayuntamiento en toda la democracia y que así es reconocido por miles de ciudadanos y, ahora con perspectiva, más todavía.

Aqualia sabía que el equipo que estaba promoviendo la licitación, políticamente era débil y técnicamente también. Sabía perfectamente que un grupo de hombres y mujeres desde la oposición estaban consiguiendo volcarle los pliegos reiteradamente ante el Tribunal Central de Recursos Contractuales y presentando recursos que, jurídicamente eran muy viables y a las pruebas me remito: los dos recursos contenciosos elaborados por ese mismo equipo han triunfado (el relativo a Derechos Fundamentales y ahora el de la Mayoría Absoluta) y nada de lo promovido o gestionado por el equipo anterior y actual (porque sorprendentemente se mantiene)  ha salido bien, para los contrarios a la venta de Aguas.

Aqualia sabía que el recurso que presenté en 2013 contra el acuerdo de adjudicación y que ahora ha recibido sentencia favorable era contundente. Aritméticamente contundente sin mucha interpretación salvo la “lotería” de que un magistrado se equivocara de artículo en la Ley para no darnos la razón.

Pese a todo ello o quizás por todo ello, concurrió a la adjudicación, firmó un contrato, cumplió (supongo) con las obligaciones derivadas del mismo y ahora, ¿ahora qué?

Pues ahora, cuando igualmente sabe que tiene todo perdido recurre a la peor y más miserable de las estrategias: el miedo, la amenaza y la coacción.

No son ciertas las cifras que maneja para resolver el contrato. No tiene por qué opinar sobre si el ayuntamiento se arruina o no y menos dando por seguro que se arruinará ¿A ustedes quién les ha pedio opinión? ¿Acaso van a presentarse a las elecciones o van a tener que gestionar este ayuntamiento? ¿A ustedes quién les ha dado vela para poder opinar políticamente sobre lo que nos conviene o no a los alcazareños? ¿se han convertido en Partido Político o hablan en nombre de alguno en concreto?

Definitivamente, su reacción expresada mediante un comunicado confirma varias cosas.

La primera que en efecto ustedes dan por perdido el asunto y que quieren intimidar a los gobernantes (los que se dejen, claro); la segunda, que quieren sacar el mayor provecho posible (algo que les admito como empresarios), pero también y sobre todo demuestran que no tienen el más mínimo de inteligencia política ni social.

Han perdido, reconózcanlo y, sin  renunciar a sus derechos, queden como una gran empresa digna de su nombre, pónganse a resolver el contrato con la mejor disposición y con la elegancia de quien no necesita Alcázar para mantener su nombre, ni su imagen, ni su negocio y de quien “sabiendo perder” mejora su imagen, porque se lo recuerdo una vez más: ustedes sabían donde se metían.

Quien cometiera el error que lo pague pero ya le aseguro que el pueblo de Alcázar no lo va a pagar, y esto cada vez está más claro que no depende solo  de unos gobernantes, sean estos quienes sean, sino del impulso de muchas personas que como yo tienen la fuerza, la determinación y el coraje que hasta la fecha nos ha permitido ganarles todas y cada una de las que hemos emprendido.

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